«Quería algo mío y así fue. Daniel Álvarez Cantero me propone sacar una murga y Leti, su mujer, pone sobre la mesa el nombre de La Traviata. Empezando de cero, solo con el 25 % de la subvención. Y así 17 años trabajando con un gran grupo de murgueros como Juani Febles, Jose el Bola, Basilio, Cristo, el Flaco, Lalo y muchos más«.

«Si, diecisiete años, pero llego la pandemia y la verdad me di cuenta que egoístamente me había olvidado de los más importantes, que eran mi mujer, mi hija y mi nieto, a los que le he robado tiempo para dedicarme en cuerpo y alma a esta murga», explica el que fue su presidente y fundador.

La murga La Traviata termina su andadura en el Carnaval dándole gracias «a los componentes, a la afición, al pueblo, a todas las murgas y amigos que hemos conocido, a la prensa, a la que ha escrito bien y la que no tanto, a los que respetan la decisiones de los grupos y a los que no, a los que se fueron siendo La Traviata como Moisés y Víctor El Telefónica. Sólo me queda decir: Gracias Carnaval. Gracias Santa Cruz y Ahora».

La comunicación del 8 de abril «fue un momento duro pero tal vez una muerte anunciada, ya que La Traviata venía con patalogía, no se había vacunado de ese dichoso » bicho» y encima vino con todas las variantes», cuenta Moisés Afonso.

Josechu Álvarez, la cara visible de este colectivo, también mostró su sentimiento después de su dilatada trayectoria: «Escribo este texto para agradecerles a todos aquellos que dedicaron su tiempo a escuchar a La Traviata. Era ilusionante preparar un repertorio para ustedes, a sabiendas de que habría detractores y partidarios de nuestro estilo, pero para gustos colores. No les podría explicar las sensaciones que he sentido estos 12 años al frente de la murga, recibir sus aplausos era macaronésico!. Siempre fue mí primero de Interpretación. Acaba aquí, junto con La Traviata, nuestra etapa juntos. Me llevo muchísimos recuerdos que quedaron grabados para siempre, esos instantes los viví intensamente. Gracias a todos los que en mis estos doce años en la murga participaron en ella y la hicieron llegar a tocar el cielo. No los puedo nombrar a todos porque seguro me dejaría a algunos en el tintero, pero a quién no me voy a dejar en la vida es a mi tío Juan. De su mano empecé en 1984, murga infantil, murga adulta. Él por dos veces me dio la oportunidad de estar al frente de dos murgas: una que amé y La Traviata que la amaré por siempre. Gracias, tío Juan».

«Ya se terminó. Le digo adiós no sin antes escribir por última vez, ya que no lo voy a poder decir sobre un escenario nunca más: ácido sulfúrico, ácido acetilsalicílico y ha sido un enoooorme placer«, concluye Josechu Álvarez.

Se cierra una etapa de 17 exitosos años. Ya en su año de fundación y, de cabeza, a la final. Por encima de épocas, rachas… La Traviata se despide, en el apartado de Presentación, con un primero de Disfraz y un Accésit. En Interpretación, un segundo, dos terceros, otros tantos accésits y dos Criticón. «Se cierra la puerta de San Martin 42, al menos por ahora, aunque la despedida se anuncia indefinida.