Una opinión, ni más ni menos

Opinión: Alejandro Arias Rodríguez

Con el mayor de los respetos a todas y a cada una de las murgas de Canarias, hoy quisiera hacer una reflexión sobre el momento que atraviesa estos grupos y que cosas, en mi opinión, debemos hacer con urgencia para que no desaparezcan o pierdan interés.

Durante años y años venimos «bajando el listón» sin darnos cuenta que cada vez somos más previsibles, no sorprendemos a nadie y, lo que es peor, no nos importa. Conste que en mis palabras no hay atisvo alguno de envidia, resquemores,… sólo amor por la fiesta y, sobre todo, por las murgas.

Yo no se si esto es el resultado de la alta profesionalización que en los últimos años hemos visto en los grupos. Se hablan de fichajes, de refuerzos, … como si todo se redujera a la competición. Al mismo tiempo hemos olvidado otros conceptos relacionados con el asociacionismo y las actividades que se pueden generar desde estas agrupaciones..

Ya no trabajamos para ofrecer un gran espectáculo, sólo para ganar un premio que aumente nuestro palmarés y, en algunos casos, el ego de algún/a que otro/a murguero/a que ven en ese trofeo la consolidación de su desarrollo personal.

A veces me pregunto, ¿cuántos de esos murgueros aguantarían escuchando un concurso entero sin levantarse?. Creo que muy pocos o ninguno, hablamos de ocho murgas y eso significa seis horas aproximadamente de espectáculo con ¡¡dieciseis popurris!! de diez minutos aproximadamente cada uno y no hablo de las presentaciones y despedidas (también popurris) pero al ser más cortas, son más «llevaderas».

Cádiz impregna su carnaval, no sólo con la música tradicional de su tierra (pasodoble, cuplé, tanguillo), sino con su caráter y gracia. Igual Uruguay, que ha sabido adaptar este tipo de agrupación a su cultura y utiliza la «marcha camión» como base musical para sus murgas. Sin embargo nosotros, los canarios, no hemos sabido adaptar los ritmos tradicionales a las murgas para que sean un reflejo de nuestra cultura. Preferimos seguir con unos POPURRIS largos y cancinos que demuestran nuestra falta de imaginación.

¿Por qué no adaptar algunos de nuestros ritmos al repertorio?
¿Por qué no utilizamos la ironía, picardía,.. y esa socarronería que caracteriza el carácter del canario?
¿Por qué es tan malo incluir un pasodoble en el repertorio, que además es una música muy popular?

Propuesta:
Se me ocurre un repertorio de 30 minutos que recoga una presentación (max 4 minutos), un pasodoble (max 6 minutos), una parrandera, basada en un ritmo popular canario (max 6 minutos), un popurri (max 9 minutos), una despedida (max 5 minutos). Con esto podemos hacer un espectáculo más brillante y entretenido. Además podríamos premiar al mejor pasodoble, la mejor parrandera, etc.

Tenemos que ser valientes y buscar propuestas  relacionadas con nuestra idiosincracia que atraigan cada año a más personas a nuestras presentaciones, concursos, pasacalles y demás actuaciones de nuestras murgas.

Ruego perdonen si parezco arrogante o presuntuosa pero sólo he querido dar mi modesta opinión con la finalidad de ayudar a mejorar nuestra fiesta y, sobre todo, a darle mayor presencia a las murgas en nuestros carnavales.