La primera aparición de una murga, en Santa Cruz de Tenerife, data del año 1917, dando vida, al año siguiente, de estas agrupaciones bufas del Carnaval. Todo es caricatura en este tipo de agrupaciones, pues el remedo de sus instrumentos musicales de viento, su vestimenta normalmente de payaso o de una deformación o exageración de un oficio o personajes, su maquillaje de clown y, sobre todo, su repertorio, con letras donde el humor y la crítica son el denominador común, a base de grandes dosis de ironía, sátira y doble sentido, suelen ser el elemento más esperado de la fiesta por su crítica social y su ingenioso humor.
Desde 1961 celebran su concurso, al que acuden también murgas femeninas, tras la aparición de su pionera, en 1972, y, de igual modo, – aunque existen murgas integradas por niños desde principios de los años veinte del pasado siglo -, desde 1972 se celebra también un concurso de Murgas Infantiles.
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