El carnaval canario se ha recibido con sorpresa una noticia que pocos esperaban y muchos se resisten a creer: Kike Martín, figura clave de la Murga Los Simplones, deja la dirección tras dos intensas décadas al frente.
Tras una publicación de despedida de la propia murga, el anuncio ha caído como una bomba en el mundillo murguero. Quienes conocen la historia del grupo saben que hablar de Los Simplones es hablar de Kike Martín. Su nombre ha sido sinónimo de sátira inteligente, letras filosas y puestas en escena que han marcado época en las carnestolendas.
A lo largo de 20 años, Kike no solo dirigió, sino que imprimió carácter, estilo y un sello inconfundible a la murga. Los Simplones, bajo su liderazgo, se convirtieron en un referente del concurso, con actuaciones memorables que mezclaban crítica social, humor ácido y una conexión directa con el sentir popular.
La noticia ha generado una oleada de reacciones en redes sociales. Compañeros de otras murgas, seguidores y veteranos del carnaval han expresado sorpresa, respeto y, sobre todo, agradecimiento. Sin necesidad de pronunciar palabra, la salida de Kike deja un vacío que se siente profundamente entre quienes han vivido de cerca la evolución del grupo.
Los motivos de su marcha permanecen en silencio, aumentando aún más la expectación sobre qué pasará ahora con Los Simplones… y con Kike. ¿Es un adiós definitivo o solo una pausa? ¿Se avecina un nuevo proyecto? ¿Cambiará el rumbo artístico de la murga?
Por ahora, lo único claro es que se cierra un capítulo fundamental en la historia reciente del carnaval. Y aunque el escenario quedará momentáneamente huérfano de su dirección, la huella de Kike Martín seguirá resonando en cada acorde, cada rima y cada aplauso.
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