La Gala Drag del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2022 fue escenario de un momento que trascendió el espectáculo. Durante su actuación, Drag Kinegua cerró con un poderoso mensaje: “Y no olviden que los niños no se tocan; son ángeles”. Lo que parecía una simple frase de concienciación tuvo un impacto profundo en una niña de ocho años que se encontraba entre el público.
Acompañada de su madre, la pequeña se sintió intrigada por las palabras del artista y preguntó qué significaban. Su madre le explicó que se trataba de un llamado a proteger a los niños contra el abuso. Fue entonces cuando la menor, conmovida y sintiéndose comprendida, encontró la fuerza para confesar que había sido víctima de abuso por parte de un familiar cercano.
El caso fue llevado a juicio, donde la Fiscalía solicitó una pena de 15 años de prisión para el acusado. Durante el proceso, la madre de la niña relató cómo su hija decidió contar lo que había vivido. Los hechos ocurrieron entre 2020 y 2021, cuando la menor visitaba con frecuencia la casa de su abuelo. En varias ocasiones quedó a solas con su tío político, quien aprovechó esos momentos para cometer los abusos, tanto en la vivienda como en una finca familiar.
El testimonio de la niña no solo llevó a la denuncia del acusado, sino que también motivó a otra sobrina del mismo hombre a hablar sobre abusos que sufrió en el pasado. Además, se reveló que uno de los hijos del agresor había sido víctima de situaciones similares hace 20 años.
El arte como herramienta de cambio
Isaac Rodríguez, quien da vida a Drag Kinegua, expresó su sorpresa al conocer el impacto de su mensaje. El drag mencionó la importancia del arte como medio para generar conciencia y cambio social. “A veces no imaginamos hasta dónde pueden llegar nuestras palabras, pero saber que ayudaron a una niña a romper su silencio es algo que me llena de emoción”, comentó.
Rodríguez también destacó cómo, en ciertos lugares, el arte drag es visto con recelo cuando se dirige a la infancia, aunque considera esencial que se utilice para transmitir valores positivos. “El Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria nos permite expresar mensajes importantes, y eso es algo que debemos valorar”, afirmó.
Lo que comenzó como una noche de celebración y fantasía se convirtió en una oportunidad para que una menor rompiera el silencio sobre una dolorosa realidad. La historia demuestra que el arte, incluso en sus formas más inesperadas, puede ser una fuente de inspiración y cambio.
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