La final del concurso de murgas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife 2025 ha generado una notable controversia debido a la rápida venta de entradas, con muchos problemas en la web, y la posterior proliferación de reventas a precios exorbitantes.
Las 4.238 localidades disponibles se agotaron en menos de una hora tras su lanzamiento en la plataforma oficial entradascarnavaltenerife.es
Este fenómeno no es nuevo en el Carnaval tinerfeño. En ediciones anteriores, se han reportado situaciones similares donde las entradas para eventos destacados, como la final de murgas, se agotan rápidamente, dando paso a la reventa. Por ejemplo, en 2024, las entradas se agotaron en apenas 20 minutos, y poco después aparecieron ofertas en plataformas de segunda mano, donde se vendían dos bonos «de regalo» al comprar dos bolígrafos por 200 euros.
Para la edición de 2025, se han observado anuncios en plataformas de compraventa donde se ofrecen entradas a precios que alcanzan hasta los 150 euros por un solo bono, superando considerablemente el precio original (28 euros).
Esta práctica ha generado indignación entre los aficionados y plantea interrogantes sobre la equidad en el acceso a eventos culturales de gran relevancia.
El Organismo Autónomo de Fiestas y Actividades Recreativas (OAFAR) del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha implementado medidas para garantizar una distribución equitativa de las entradas, incluyendo la venta en línea para evitar largas colas y facilitar el acceso. Sin embargo, la alta demanda y la limitada capacidad del Recinto Ferial dificultan satisfacer a todos los interesados.
La reventa de entradas, aunque legal en ciertos contextos, plantea desafíos éticos y legales, especialmente cuando los precios se inflan de manera desproporcionada. Las autoridades locales y los organizadores del Carnaval podrían considerar estrategias adicionales para mitigar este problema en futuras ediciones, como la implementación de sistemas de venta nominativa, límites más estrictos en la cantidad de entradas por comprador o colaboraciones con plataformas oficiales de reventa que regulen los precios.
Es esencial encontrar un equilibrio que permita a los verdaderos aficionados disfrutar de eventos tan emblemáticos sin verse afectados por prácticas especulativas que desvirtúan el espíritu festivo y comunitario del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife.
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